Esperar a que Dios se mueva en nuestras vidas puede ser desalentador a veces. Le rogamos que se mueva en nuestro nombre, pero cuando tarda más de lo que creemos que debería, nos preguntamos si Dios escucha nuestras oraciones.
Tal vez has estado orando por la sanidad de un ser querido... liberación de la ansiedad y la depresión... para concebir a un bebé después de meses de pruebas negativas... para encontrar a alguien con quien pasar el resto de tu vida...
Le preguntamos a Dios
"¿cuánto tiempo, oh Señor? ¿Cuánto falta para que esto termine? ¿Cuánto tiempo tengo que esperar para esto?"
Isaías 55:9 nos recuerda: "Como los cielos son más altos que la tierra, también lo son mis caminos más altos que tus caminos y mis pensamientos que tus pensamientos".
Cuando nos preguntamos por qué Dios no está respondiendo a nuestras oraciones de la manera que creemos que debería, debemos aferrarnos firmemente a la realidad de que los caminos de Dios no son nuestros caminos. Nuestros pensamientos sobre nuestras circunstancias actuales no son Sus pensamientos sobre ellos. Él ve el panorama general cuando nosotros solo podemos ver lo que está frente de vosotros.
Dios es un Dios de milagros que se deleita en responder a las oraciones de su pueblo cuando él lo ve oportuno y en su tiempo
Dios siempre es digno de nuestra alabanza, por las oraciones contestadas que pensamos que eran incontestables y las oraciones sin respuesta que todavía levantamos hacia Él cada día. Siempre es fiel y siempre digno de confianza. Él escucha nuestras oraciones y conoce todas nuestras necesidades.
Si tienes oraciones que has estado haciendo durante bastante tiempo, mantén la fe. Dios está trabajando y nada es imposible para Dios.
Hermanos y Hermanas podemos confiar en que Dios está trabajando detrás de cada oración de maneras que nosotros no podemos ver. Él escucha tus oraciones y tus lágrimas no son en vano. Él está trabajando en cada situación por tu bien y su gloria.